Qué bonito está todo en esta época, una pena el aire... |
Afortunadamente, mi trabajo me enseña situaciones que sí suponen verdaderos problemas, problemas de verdad, problemas de vida. Son estas personas las que te dan lecciones de como afrontar los problemas. Lo sé, pero cuando se me truncan los planes, me enfado y no me aguanto ni yo mismo.
Así que sentado en mi salón, escuchando el enfurecido cierzo que sopla ahí fuera, os escribo estas líneas para desahogarme y de paso, contaros los entrenos de esta semana.
Como digo, tras una semana dura, dura, en la que sólo ha sido posible arrancar dos horas de bici, el martes, a todo correr antes de que se echara la noche encima, llegaba el viernes y nos juntábamos Miguel, Charly y el super jefe para intentar, también con prisa, hacer unos kilómetros antes del anochecer.
Nos encaminamos hacia Petilla, la única dirección que nos podía dar un poco tregua, porque en todas las demás direcciones estaba lloviendo.
Cogiendo un poco aire!! |
Llegamos sumidos en la oscuridad, con 70 kms, pero entre las luces y las farolas, no tenemos problemas. Hemos apurado demasiado. La vida es riesgo.
Sin mucha seguridad, quedamos para el sábado, hay cena de ciclistas y la salida del sábado peligra.
A las nueve, Miguel y Charly son fieles a la cita y partimos con la idea de dar la vuelta por Izagaondoa.
Como el domingo pasado, pega cierzo y somos sólo tres para luchar contra él.
Aún duelen un poco las piernas de la sesión de ayer, en la que el jefe estaba fino y repartió "manteca".
Como podeís deducir la ida se hizo dura.
Nos juntamos con alguna grupeta, a pesar de que el día por Aoiz está bastante desapacible.
Nos volvemos a mojar en Urroz y salimos a la nacional con ganas de un poco de aire de culo.
Desde la construcción de la A-21, la autovía del Pirineo, la nacional es un paraiso ciclista, pero también hay cosas negativas, como puede ser el barro de los tractores que no se va y la carretera parece un sembrado. Así entre "tormo" y "tormo" de barro, nos avituallamos en Monreal y a buen ritmo llegamos a Sangüesa tras 3 horas de bici y 86 kms.
Fin de aire en contra!!!, por fin luz al final del tunel... |
De vuelta a casa, se me rompe el cambio, que ya lo tenía tocado.
Así que mañana toca fiesta obligada.
El domingo amanece bien para la bici, así que estoy con el "morro torcido" todo el día. Menos mal que mi mujer me saca a comer por ahí y con un solomillo, el jefe de filas y su familia, todo cambia.
Desde aquí, queremos dar ánimo a Carlos que hoy domingo me han dicho que ha probado el asfalto. Recupérate!!!
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