El grupo de la muerte. No había órdenes de equipo. |
Los galgos sueltos |
La idea es pasar el domingo con mis chicas después de correr. El gran Carlos también va, cómo no, y quedamos en el parking del pabellón para estirar y calentar juntos mientras me cuenta un poco de qué va esto. Además, teniendo en cuenta lo grande que era el parking y los seiscientos inscritos, lo lógico era que en la plaza de al lado estuviese mi amigo Javier, con su hermana, su mujer y sus hijas, con lo que ya teníamos fanfarria de apoyo para cada paso por el pueblo. Iñaki y Miguel, sus sobrinos, también corrían, y sabiendo que con Carlos no iba a poder ir porque su ritmo es demasiado para mí, decidí salir con ellos y ver cómo iba la cosa.
Y los podencos |
Si la prueba hubiera sido ciclista, creo que más de la mitad nos hubiéramos quedado en el bar, porque el cierzo a las once de la mañana era brutal. Aunque no hace frío, voy un poco demasiado abrigado. Mi idea inicial es ir a un ritmo cómodo, sin forzar la musculatura, y sobre los 5:15 minutos el kilómetro. Pegan el tiro y la idea se va a tomar por culo, todo el mundo corre que se las pela en cuanto pasa la alfombra. A Carlos ni le veo, y Javier y sus sobrinos van veinte metros por delante. Acelero y me pongo con ellos, miro el reloj y ya está, a 4:30, pero creo que es como corre la gente del pelotón en estas cosas, qué iluso soy. Durante dos kilómetros voy acostumbrándome al ritmo, y mientras volvemos hacia el centro de Tudela, con el viento de culo, me animo y decido acelerar un poco. El circuito es un ir y volver, así que el cierzo nos va a dar en la cara y la espalda por igual, quiero aprovechar para acelerar cuando sea favorable. Voy saltando grupos, me encuentro bien, he roto a sudar y ando a 4:05, lo que quiere decir que no voy en mi sitio.
A partir del kilómetro siete me empieza a doler la pierna derecha. A partir del diez empiezo a pensar en la retirada. A partir del doce decido que cuando volvamos a pasar por el coche, me quedo. A partir del quince pienso que qué pena, tan cerca y lo voy a tener que dejar. A partir del diecinueve decido que ya está, que total, más dará, nadie me va a decir nada si me paro y no termino. A partir del veinte vuelvo a acelerar, bajo a 4:20 y entro en meta desencajado. El nudo que le he hecho al cordón de la zapatilla en torno al chip me parece marinero, casi prefiero cortar para devolverlo, me cuesta cinco minutos soltarlo, pero es más porque me tiemblan los deditos. Llevo hora y cuarenta justos corriendo y con una media de 169 pulsaciones por minuto. Cuando puedo empezar a pensar, al cabo de un rato, me digo, pero qué verde estás, mocé, pero qué verde estás…
Estoy contento, en realidad he bajado cinco minutos el mejor tiempo que me había planteado, y he corrido a 4:39, que podía haber sido menos si no hubiera pegado tanto viento. He terminado en torno a la mitad del grupo, y cuando dejo de correr no tengo apenas dolor en los músculos tocados. Pero me falta mucha preparación si quiero terminar lo que me he propuesto este año. Nunca, en ninguna prueba de bici, ni de btt ni de carretera, se me había ocurrido abandonar. Ni en el Soplao del primer año, con casi doce horas dando pedales, ni en la Euskadi Extreme llegando a Laguardia nadando en barro. Claro, tampoco pasas por la puerta de tu coche a mitad de prueba en ninguna de ellas, pero creo que la agonía de hoy va a ser de las de recordar cuando dentro de un tiempo pueda correr mejor.
Calçotada post carrera. Menos mal que la cebolla estaba muerta |
El gran Mike dice que los inicios son duros, aunque casi no nos acordamos cuando empezamos a andar bien. Después del sufrimiento, tengo la moral intacta y más motivación que antes, lo que no sé si voy a tener es tiempo suficiente para preparar bien las cosas. Pero la filosofía corcho pan es la que es, que nadie te pueda decir que no te has esforzado al máximo. Madre mía, a veces pienso que el rollo espartano éste es una porquería, que debería volver a fumar, engordar diez o doce kilos y verlas venir desde el sofá. Pero es que cuando terminas una cosa de estas, te sientes tan a gusto…
Qué bueno es tener grandes modelos a seguir tan cerca. El gran Carlos, hora veintisiete. Javier y su gastroenteritis, finisher. Un placer, como siempre, compañeros.
No había corrido, pero se lo merecía. La mitad me lo comí yo... |
Alberto 4C
Has escogido una actividad(triathlón) muy interesante pero complicada. Hay que entrenar tres deportes, bici, correr y nadar. Además trabajar, la familia, descansar todo lo posible y asimilar todo el entreno.Complicado. No obstante tu voluntad te llevará donde tú quieras y seguro que acabarás tus retos dignamente. ANIMO QUE YA FALTA MENOS PARA GETXO.
ResponderEliminarGrande Jefe, grande!!!!!!
ResponderEliminarMuy buen documento y excelentes fotos (lo de los galgos y podencos es buenísimo)Además se expresa claramente el sentimiento de todos los que participamos... ¡MENUDO VIENTO! Espero que nos veamos en alguna otra carrera.
ResponderEliminarEnhorabuena!!!! Antes reventar que abandonar, eh?? Jejeje. Saludos, Txontxo.
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