EL RINCÓN DE MIKE Y ALBERTO

No es difícil que dos amigos tengan aficiones comunes, en parte de ahí puede venir la amistad. Pero sí es más complicado que la afición común les envenene a los dos de la misma forma y con la misma intensidad. Eso es lo que nos pasó a nosotros con la bicicleta. Empezamos juntos, fuimos aprendiendo, mejoramos, nos planteamos nuevos retos, y llegó un momento que uno decía :“pues podíamos este domingo ir a…” y el otro decía “pues no faltaba más”, y nos íbamos a hacer la vuelta de las Abaurreas. Y volvíamos de dar una vuelta con el club y uno decía: “pues podíamos alargar un poco” y el otro decía “pues no faltaba más”, y caían otro par de horas y llegábamos de noche a casa.
Salimos con la Btt, últimamente salimos mucho con la de carretera, y espérate que no terminemos saliendo en tándem, o haciendo duatlones, o vete tú a saber. Éste año estamos preparando varias cosas, algunas juntos, otras no, y en este rinconcito queremos contaros los momentos buenos, los menos buenos, las chorradicas, la épica de la bici, las globeradas y lo que se nos pase por la cabeza y se pueda contar. Va por ustedes!!

jueves, 16 de febrero de 2012

Triatleta de salón

Lo de absoluto es por la edad...
Casi es mejor no mirar las notas del año pasado por estas fechas, porque las comparaciones son odiosas, sobre todo si este año no estamos andando ni la mitad de lo que lo hicimos el pasado. Pero aún así, habrá que tomárselo como un cambio, una preparación diferente, y quién sabe, puede que los resultados no sean tan malos como podríamos pensar.

El año pasado nos salían más o menos unos 1200-1300 kilómetros mensuales entre enero y junio, con lo que llegamos a la Qh con poco menos de 8000. Que es más o menos las cifras de las que nos hablaba la gente que entendía del tema. Pero por lo menos yo, el resto del año he ido cuesta abajo, medio fundido, cansado de bici y sin la misma motivación. La prueba es que en los meses siguientes no llegué a los 5000 kilómetros hasta final de año.
Con los fríos de este mes, la lesión de enero, la combinación de los tres deportes y los objetivos tan distintos de este año, creo que la preparación va a ser muy diferente. De entrada no voy a hacer pruebas cicloturistas hasta principios de junio, así que contando con que la parte ciclista de los tris en los que estoy inscrito es de entre ochenta y noventa kilómetros, creo que podré dejar el fondo y las tiradas largas de más de 150 para más adelante, y empezar a centrarme en la intensidad dentro de pocas semanas. Como la mitad buena del dúo corcho pan está para preparar el open, que llega el mes que viene, le pasa algo parecido. Así que creo que una cifra buena de kilómetros en las piernas para llegar a la Qh decentemente estará en torno a la mitad de la del año pasado.
La carrera a pie es una desconocida para mí. Después de entrenar en noviembre pocos kilómetros a velocidad alta y contracturarme, ahora hago muchos kilómetros pero a un ritmo mucho más bajo. Hago tiradas de entre hora y cuarto y dos horas, pero sin bajar de cinco y medio el kilómetro, y notando cómo los músculos trabajan sin forzarlos. En realidad no es mal ritmo si pienso que en un medio iron man tengo que correr veintiún kilómetros en fatiga después de nadar casi dos y hacer noventa en bici sin poder chupar rueda. Y luego intento estirar al menos durante un veinte por ciento del tiempo que he estado corriendo.
Ayer estuve en la piscina de Tafalla. Tenía que hacer unos recados y me quedaba colgado hora y media, así que me fuí al velódromo, no había entrado nunca. Tras pagar el precio disparatado de los no abonados (intuyo que saben que en lo primero que pensamos al pagar los ocho euracos es en mearnos en el agua) decido aprovechar lo más posible el tiempo. Pero en el agua todo es relativo, por el aislamiento sensorial al que estás sometido, y aunque parece que llevas toda la mañana nadando no llegas ni a la hora, aunque parece que te has debido hacer mil largos no llegas ni a los cien, aunque has adelantado al que comparte calle contigo veinte veces y te parece que nada como un pez, cuando le ves desde fuera te das cuenta de que no llega ni a mejillón. Es difícil avanzar en la natación. Hasta ahora tengo la sensación de que nado como un muñeco a pilas: nado mucho rato, y es a dos minutos los cien metros; nado despacio, y es a dos minutos los cien metros; nado todo lo rápido que puedo, y es a dos minutos los cien metros. El día que bajo un segundo de media por cada cuatro largos me voy a casa dando saltos.
Y sigo sin transferir los resultados de casa a la calle. Sigo haciendo sesiones de salón, quemando el rodillo y la cinta de correr, sudando a mares mientras veo la tele. Falta lo más serio, hacer lo mismo sobre el asfalto, y cambiar el agua clorada y sin olas por la salada, con gente alrededor haciéndote aguadillas.
Falta lo más duro.
Alberto 4C.

1 comentario:

  1. Cualquiera te tose ahora...
    DEPORTISTA ABSOLUTO!!!!! Y además, INDEPENDIENTE.

    Nos va a dar ceraaaaaa. Jejeje
    Saludos, Txontxo.

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