El martes decidimos empezar a mover pierna después del fin de semana, yo tras la Irati y el gran Mike después de quemar las ansias con más de 200 kms. el domingo subiendo hasta Ibañeta, así que nos fuímos a Tudela (madrugón otra vez) para salir con Edu en dirección al Moncayo. Enfilamos la recta de Ablitas sin gota de aire, lo que es raro en la zona, y pasamos Tarazona teniendo la sensación de que constantemente estorbábamos a los coches, que no dejaban de pasar pitándonos aunque íbamos por el arcén, dos delante y uno detrás. Somos privilegiados en esta zona, donde tienes carreteras y desde la salida en las que puedes no encontrarte con nadie en toda la marcha. Pasamos Santa Cruz del Moncayo y empezamos a subir, el puerto por este lado es largo pero muy tendido, con una zona de bosque espectacular en los últimos ocho kilómetros. Todos tranquilos, Edu un poco menos porque sigue cogiendo la forma de cara a su gran cita del año, la Perico Delgado. Por el camino hará la Indurain, y si nada lo remedia en septiembre estará con nosotros en Isaba para la Larrau. Una vez arriba comemos, bebemos de la fuente y vuelta a Tudela por donde hemos venido, pero con un poco de viento en el morro. Así que decidimos que es mejor que sea Edu el que nos cubra, que su entreno tiene que ser más duro que el nuestro. No se está mal chupando rueda, no...
Al final salida de algo más de tres horas para 91 kms., con media cómoda y pulso sobre las 120 ppm.
El miércoles descanso, pero hoy jueves, viendo que no me va mal hacer una salida corta de intensidad antes del fin de semana, he madrugado para subir a Leire por Javier y vuelta por Liédena. Son 45 kms, pero los he hecho en hora y media, 150/178 y cad. 87. He sudado los cuatro de subida, todo el rato pensando en la Marie Blanque...
La suerte está echada. Alberto.
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