EL RINCÓN DE MIKE Y ALBERTO

No es difícil que dos amigos tengan aficiones comunes, en parte de ahí puede venir la amistad. Pero sí es más complicado que la afición común les envenene a los dos de la misma forma y con la misma intensidad. Eso es lo que nos pasó a nosotros con la bicicleta. Empezamos juntos, fuimos aprendiendo, mejoramos, nos planteamos nuevos retos, y llegó un momento que uno decía :“pues podíamos este domingo ir a…” y el otro decía “pues no faltaba más”, y nos íbamos a hacer la vuelta de las Abaurreas. Y volvíamos de dar una vuelta con el club y uno decía: “pues podíamos alargar un poco” y el otro decía “pues no faltaba más”, y caían otro par de horas y llegábamos de noche a casa.
Salimos con la Btt, últimamente salimos mucho con la de carretera, y espérate que no terminemos saliendo en tándem, o haciendo duatlones, o vete tú a saber. Éste año estamos preparando varias cosas, algunas juntos, otras no, y en este rinconcito queremos contaros los momentos buenos, los menos buenos, las chorradicas, la épica de la bici, las globeradas y lo que se nos pase por la cabeza y se pueda contar. Va por ustedes!!

viernes, 15 de julio de 2011

ESCAPADA AL TOUR DE FRANCE.

 Aprovechando que el tour se acercaba a los pirineos, que tenía fiesta y que he engañado a mi Rakel y a mi amigo Alfonso,  para darles la paliza durante el viaje, nos hemos acercado a la etapa del Tour que acaba en Luz Ardiden para ver la llegada del pelotón pro-tour y toda la “parafernalia” que este conlleva,  y tanto me gusta.
 Tras cuatro horas de viaje por las angostas carreteras del pirineo hispano-francés: Col de Portalet, Aubisque, y Soulor, nos plantamos en Luz Saint Saveur a las doce del mediodía, con un hambre voraz, unas ganas de tour increibles y yo, con mis ansias de siempre por ver, coger sitio, etc.
 Nos costó aparcar, pero el ambiente era increíble. Muchísima gente, buen día, la “gendarmerie” al completo, gente apostada en las cunetas con sus sillas y mantas de picnic, camiones de publicidad, vehículos oficiales del propio tour, coches de los equipos, etc,…
 No sabía que era festivo en Francia y eso le daba un genial toque festivo. Por supuesto, vascos para “parar un tren”. Gran ambiente.
 Nos cargamos la mochila con la comida y algo de ropa, y emprendimos la marcha Luz Ardiden arriba para hacernos con un sitio, y animar a estos “monstruos”.
Ni que decir tiene, que aquello era una auténtica procesión de peatones y ciclistas hacia la cima, para buscar el sitio adecuado. Pasamos el primer Km al 6,5 % de media, me pareció poca inclinación, y seguimos para arriba. El segundo Km tenía el 8 %  de media y ya me parecía mejor. Además, tampoco era cuestión de subir hasta la cima, y consegir la enemistad de mi mujer y de Alfonso. Así que, a la salida de una de las curvas, bajo un arbolito, instalamos nuestro pequeño campamento.
No penséis que estamos solos eh? En el interior de la curva había caravanas y muchos coches aparcados desde el día anterior, tiendas de campaña, gente comiendo, bebiendo, alguno ya “pedo”, ciclistas e incluso una “carpita-bar” que tenía una televisión y nos vendría muy bien para seguir la etapa.
Nosotros a lo importante, extendemos el “campamento base” y nos avituallamos a la espera de la caravana publicitaria y tras ellos, los ciclistas.
La espera se hizo muy corta. Había muchas cosas entretenidas: desde ese km 2 de ascensión a Luz Ardiden, alcazábamos a ver el pueblo de Luz Saint Saveur y la carretera por donde accedían los ciclistas desde Tourmalet.
Además, ahí apostados a un lado de la carretera, como “sapos de charca” esperando el momento de cruzar,  vi bastante gente conocida del mundo de las carrerillas  en la que nos apuntamos. Pasaron los cilistas del Hostal Latorre-Plastic que entrenan en nuestra zona, ciclistas del Beton conocidos del Soplao y de la Extrem Bardenas, un ciclista de Bergara que conocimos subiendo Portalet, etc.
Como buena carrera del tour, con tanta difusión mediática, no puedo dejar de comentar los “personajes frikis” que pasaron ante nosotros. Tres australianos vestidos con trajes de año 70, uno verde pistacho, otro naranja fosforito y un tercero con flores, estilo “haz el amor y no la guerra” y luego “fúmate las flores”. Gorros de todos tipos y colores, un tío vestido de ciclista, con txapela y que subía corriendo y soplando un cuerno vikingo, en fin, nada que envidiar al mejor carnaval.
 Los coches de seguridad y los gendarmes se iban poniendo serios. Ya no dejaban circular por la carretera de ninguna manera y esto olía a ciclismo del bueno.
Pero no!!, primero la caravana. Había llegado, estos galos están locos!! Chicas muy guapas bailando anunciando agua, Carrefour, magdalenas, salchichón, bolígrafos Bic, Le Credit Lyonaisse, música a todo volumen, chicos de anuncio haciendo strep-tease para anunciar un detergente, en fin, franceses. Pero el rato se fue volando. Intenté coger algo de lo que echaban, pero al lado mía había una familia de Madrid, que se avalanzaba sobre todo, y si estabas delante, pues te "pisoteaban". ¡Estos de la capi!. Mi mujer ha cogido cosas. YAlfonso a sus cosas, las azafatas del Tour, digo…, a sacar fotos…
La caravana tocaba a su fin y los helicópteros que cubrían la carrera, ya se intuían diminutos, entre los colosales pirineos. Ahora sí, estaban aquí, por fin. ¡Qué ganas!
Sirenas, más gendarmes y muchos gritos. La cabeza de carrera ya estaba ahí, Roy y Thomas del Sky y del Katuswa, los escapados, gestos de esfuerzo máximo y miradas perdidas. Tras ellos un pelotón de 10 ó 12 dónde reconozco a Samuel Sánchez, le animo con todo el alma. La separación era de 2 o 3 minutos entre los grupos, pero la sensación es que van pegados. Llega el grupo de los “patas negras”, la emoción me invade, quiero ver a todos, pero sólo reconozco a Voekler, el líder, qué crack, le animo a muerte. En francés y todo. Qué flacos, què morenos, qué poca cosa son, van en silencio y sufriendo a tope.
La carrera está rota y a partir de ahí es un goteo de corredores. Rui Costa, Ventoso, León, entre otros, y por fin el autobús, dónde van el resto, unos 50. Les aplaudo a rabiar. Estoy de subidón y con el bello de punta.
Voy corriendo a ver el final de etapa en la tele de la carpa-bar, ya están arriba, se han “merendado” el puerto en 20 minutos. Veo la victoria de Samuel, la gente, los vascos, aplauden, los francese no tanto.
Qué pasada!!, iniciamos descenso hacia el coche para volver a casa y de repente más sirenas, viene un ciclista más. Muerto, roto, descolgado, le animamos a rabiar, qué duro es este deporte. Llegó fuera de control, a 30 minutos.
En fín, lo peor, el atascuz para volver, nos costó 7 horas llegar a Sangüesa.
Pero, valió la pena.
Qúe fácil es subir Portalet en coche, cojones!!
Mike.

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