Para intentar poner un poco de frescor tras los ardores bardeneros que encima tan poco agradecidos han sido este año (en la Media , la cadena; en la Extreme , la rueda. Ni a propósito), os cuento cómo ha sido mi primera participación en una marcha popular pedestre, Los 10 Kilómetros Chevrolet de la Ciudad de Buenos Aires.
El caso es que yo no corría a pie desde diciembre, si se puede llamar correr a dar trotecitos por la arena durante media hora, pero es una de las cosas que me llaman la atención de cara al año que viene, mezclar la bici con el running, y quizás hacer algún duatlón antes de la temporada de marchas bicicleteras.
Así que cuando mi cuñado Guille, gran exfutbolista de meniscos rotos, ex adicto al dulce de leche y a los alfajores, y últimamente adicto a correr por el parque, me dijo que nos apuntábamos a una carrerita popular a los dos días de llegar a Buenos Aires, no le pude decir más que fenomenal.
Y el domingo era el gran día. Carrera popular por los bosques de Palermo, unos 1300 participantes. Ola de frío polar que nos tenía a cero grados (polar? Pues como haya que ponerles a estos a hacer la vuelta al canal con siete bajo cero, se mueren, eh Carlos?) y speaker típico argentino, sois los mejores, vosotros podéis con todo, este va a ser el mejor día de vuestras vidas, que en verdad se agradece, sobre todo comparándolo con alguno de las marchas de casa, que son coñazo total y estás deseando salir para no oirle.
Dan la largada. Guille quiere ir despacio al principio para luego darlo todo si es que queda algo. Error, la filosofía es una por una, una, aquí se echa el bofe primero, luego el hígado, luego el páncreas y cuando no quede nada por echar, petas y te vas a tu casa. Pero lo de ir guardando, de eso nada. Así que hacemos los tres primeros a cinco minutos el kilómetro, pasando a mucha gente, lo que no dice demasiado del nivel de los compañeros. Me encuentro bien, pero Guille empieza a sufrir de más, y no es cuestión, así que bajamos el ritmo y así iremos hasta el último kilómetro. Pasamos el Rosedal, nos metemos en los bosques de Palermo, arboledas centenarias con lagos llenos de patos en mitad de una gran urbe como Buenos Aires. Como no vas a venir a correr por aquí? Hace unos años, en mis primeras visitas a mi familia política, cuando me ponía las mallas por la mañana, mi suegro poco menos que pensaba que su hija se había casado con un raro. Salías a correr y la gente se giraba porque se te marcaba el culo. Los pocos que corrían era por consejo médico para evitar el infarto, con chandal de los que te escuecen la entrepierna y a trote cochinero. Hoy, el running se ha puesto de moda, todo el mundo va con primeras marcas de zapatillas y ropa, puedes ir todo sudado, pero en nike o Adidas, sin tonterías. Y por eso casi cada fin de semana las empresas organizan eventos como éste, para promocionarse entre los aficionados a un deporte cada vez más popular.
Después, comida regenerativa típica argentina. Alberto
Bueno, bueno, bueno,..., veo que el dicho "allá donde fueres, haz lo de vieres" no te sirve no??. Haces bien, hay que creer en la nuestra filosofía, "vaciarse! y al final, "petar".
ResponderEliminarMe alegro de que vaya todo bien.
Esta semana empiezo a mover un poco las piernas tras el descanso san ferminero.
Nos vemos pronto!!!
Mike