EL RINCÓN DE MIKE Y ALBERTO

No es difícil que dos amigos tengan aficiones comunes, en parte de ahí puede venir la amistad. Pero sí es más complicado que la afición común les envenene a los dos de la misma forma y con la misma intensidad. Eso es lo que nos pasó a nosotros con la bicicleta. Empezamos juntos, fuimos aprendiendo, mejoramos, nos planteamos nuevos retos, y llegó un momento que uno decía :“pues podíamos este domingo ir a…” y el otro decía “pues no faltaba más”, y nos íbamos a hacer la vuelta de las Abaurreas. Y volvíamos de dar una vuelta con el club y uno decía: “pues podíamos alargar un poco” y el otro decía “pues no faltaba más”, y caían otro par de horas y llegábamos de noche a casa.
Salimos con la Btt, últimamente salimos mucho con la de carretera, y espérate que no terminemos saliendo en tándem, o haciendo duatlones, o vete tú a saber. Éste año estamos preparando varias cosas, algunas juntos, otras no, y en este rinconcito queremos contaros los momentos buenos, los menos buenos, las chorradicas, la épica de la bici, las globeradas y lo que se nos pase por la cabeza y se pueda contar. Va por ustedes!!

lunes, 1 de agosto de 2011

...Y LOS FANTASMAS MURIERON

La semana empezó ingresado en el hospital. Continuó con una gastroenteritis que me dejó en cama un día entero. La avería de la bici tras la caída supuso tener que tirar el manillar de carbono que acababa de poner porque lo había reventado, así como desperfectos varios. Por no hablar de que me tuve que comprar otro casco. Casco bajo el que se me metió una abeja en la primera hora subido en la bicicleta tras la caída. Menos mal que no me picó, que no soy alérgico, que no me dio en un ojo, que no me dejó tuerto y me volví a caer,…  En fin, que tras la mala racha he pensado en empezar a tomar anticonceptivos orales, porque lo próximo que me pase podría ir por esos derroteros.

Y como dijo el gran filósofo karate kid, la vida es una sucesión de caídas tras las cuales hay que levantarse, con lo que el sábado decidí que ya estaba bien, y con  un ansia que me comía, me monté de nuevo en la bicicleta. Me apetecía no ver mucho coche, así que me fui a Gallipienzo, de ahí al alto de Aibar, alto de Loiti, Monreal y giro hacia Urroz. Sin llegar me vuelvo por la carretera de Artaiz. Las dos primeras horas, salvo el episodio de la abeja, voy de coña y pensando que a lo mejor lo de la caída y los problemas de tripa me han venido bien, porque estos cinco días son los únicos en los que no he hecho absolutamente nada en todo el año. No recuerdo haber pasado casi una semana sin haber salido en bici, ido a correr, hecho rodillo o nadado en todo el año. Las piernas lo notan, subo descansado los dos altos, cambiando de ritmo un par de veces. Sobre todo con muchas ganas. La vuelta por Izagaondoa es más tranquila, y llego a Lumbier pensando como el gran Mike, qué buen momento para estrenar la carretera nueva hacia Liédena. Pero debe ser la rotonda, que te empuja hacia el alto de Aibar, así que alargo por donde he venido y bajo a Cáseda y a casita. Contento, sin miedo encima de la bici, sin bloqueos mentales a la hora de bajar, y con las piernas más ágiles que la semana pasada. No sé cómo llegaré a la Perico, pero seguro que para Larrau estoy bien.

Al final, 104 kms en 3h 33’, 29.3 km/h, + 1370 m., cad 88, con el pulsómetro loco la primera media hora marcando pulso por encima de las 220 ppm, no lo había lavado después de la caída y ha tardado en empezar a medir en condiciones.

Con respeto, pero de momento no hay fantasmas…

Alberto 4C

No hay comentarios:

Publicar un comentario